Paseando por la costa riosellana encontramos mucha variedad de espacios: calas, playas, pedrales… Entre éstos últimos, empezando de Oeste a Este, están los siguientes: el pedral la cala del Portiellu, Vega, Abeu, Tereñes, la punta el Pozu, la Cetárea, Canales, Socampo, Borines, la Atalaya, Xico, Arbidel, Arra y Tomasón.
El que ahora nos ocupa es, además de un pedral, un maravilloso balcón abierto al mar que guarda un tesoro de tiempos inmemoriales: icnitas o huellas de dinosaurio inmortalizadas en enormes lajas calizas de edad jurásica. Podemos ver sin esfuerzo pisadas de terópodos ( bípedos carnívoros) y también otras más profundas de grandes cuadrúpedos.
Si tenemos ocasión y no nos importa madrugar, apoyados sin prisa en la barandilla metálica de este mirador, podemos asistir a uno de los mejores amaneceres del litoral asturiano. El sol brota de la línea del horizonte y se eleva sobre el mar creando un efecto óptico maravilloso. La esfera naranja se va elevando con calma pero sin detenerse, haciendo una parábola hacia el Este para situarse sobre la ermita de Guía y seguir su curso imparable.
Desde aquí, en días de marejada, podemos asistir también a un espectáculo sin igual. Las olas gigantes y estruendosas, encrespadas, van dejando tras de sí una gran estela fugaz y se dirigen a la playa de Santa Marina para estrellarse sin remedio contra el paseo marítimo.
¿Cómo se llega al Mirador de la Punta’l Pozu?
Si nos encontramos en la playa riosellana de Santa Marina, mirando al mar, debemos caminar dirección Oeste hasta llegar al final del paseo marítimo. Pasamos delante del centro de Salvamento y lo dejamos atrás. El último tramo, al abrigo del Monte Somos, se conoce como «El Paseo de la Punta’l Pozu». En los últimos metros se abre un gran acantilado a nuestra izquierda y una plaza/mirador desde el que se contempla el mar Cantábrico en todo su esplendor.
¿Cómo son los acantilados de la Punta’l Pozu?
En el pedral que se encuentra a nuestra izquierda abundan las laminarias, algas pardas y alargadas, de gran tamaño, en ciertos casos, que quedan al descubierto en la bajamar. También encontraremos esponjas, gran cantidad de seres planctónicos, con forma de globos ovales y gelatinosos, que nadan libremente con cuerpos transparentes. Anémonas, corales y medusas son algunas de las formas animales más conocidas de la costa riosellana.
Todo este litoral es rico en llámparas, bígaros, arcinos (oricios), percebes, quisquillas, cámbaros, andariques, sepias, barbadas, congrios, xulies, cabras, lubinas y muchas cosas más.
Esta zona también es admirada por los paleontólogos, ya que en la misma bajada al acantilado, pueden verse algunas de las huellas de dinosaurios: varios rastros de pisadas de saurópodos.
Costa jurásica
En la costa oriental de Asturias cada día que pasa aparecen más fósiles y huellas de una fértil…
Texto: © Ramón Molleda para ribadesella.com